VI.- Vete Destino.-

Bueno, fiel público que me sigue post a post (es decir, mamá), no he hallado la posibilidad de actualizar el blog debido al intenso estress que me provocó la busqueda de laburo durante unos 3 o 4 días. A mis compañeros de viaje les ha pasado exactamente lo mismo, asi que decidimos aceptar la invitacion de Martin para ir a la peninsula de Coromandel, al poblado de Whangamata, para distendernos.-

Llegamos el sabado al atardecer, asi que sólo pudimos ir a ver el mar desde la orilla ese día. Planeamos una noche tranquila, queriamos ir a la playa despues de cenar a hacer algo original, como escribir deseos en un papelito y tirarlos en una hoguera, para luego cantar "lara la lara lara la la la...nada nos puede pasar, todas las bicis y los barcos", pero como ya he dicho en posts posteriores uno propone algun plan, y el destino hace lo que se le canta el culo con el mismo.

Se largo a llover ni bien terminamos de cenar, razon por la cual no pudimos a la playa y debimos trasladar la noche tranquila a la casa (sin fogata porque aca todo es de madera). Bien, el destino metió mano nuevamente. La casa en la que estabamos tenia el baño fuera de la misma, y tiene una de esas puertas que de adentro pueden cerrarse con un boton y de afuera solo con una llave. Pues bien, cuando sali del baño aprete el botón (se traba la puerta) y me olvide las llaves adentro. De esto me di cuenta recien cuando Fabio tuvo un llamado de la naturaleza para citarlo en el tocador. Dimos muchas vueltas, con Fabio logramos sacar un vidrio de una ventana a traves de la cual podiamos acceder a la llave. Pero claro, para eso debimos improvisar una herramienta para alcanzar la llave, la cual fue caseritamente armada con un palo de golf, la cinta de la camara de fotos de Fabio y un tenedor parrillero. Logramos alcanzar las llaves y asi evitarnos el dolor de bolsillo de tener que llamar a un cerrajero al otro dia.

Mientras pensabamos una solucion al problema de las llaves, Alejo decidió hacerse una tostada, pero no contaba con que la tostadora no cortaba una vez que la tostada ya estaba carbonizada. La tostadora, como no podia ser de otra forma, estaba bastante cerca de uno de esos detectores de humo que hacen sonar una alarma... hagan la suma...ya estabamos esperando que aparezcan los bomberos, pero Fabio logró desactivar la alarma con bastante celeridad.

Los dias que siguieron fueron tranquilos, bastante lluviosos, pero pudimos ir dos veces a la playa a disfrutar del mar y las olas. Incluso llegamos a ir con lluvia con toda esa cuestion de ponerle buena cara al mal tiempo. Jugamos a mas no poder con las olas, nos cansamos taaaanto, tanto que cuando el mar nos empezo a tirar para adentro, solo la buena onda que la estamos poniendo a todo logro darnos fuerzas para bracear a la orilla.
El ultimo en Coromandel (martes), fuimos a unas playas de aguas calientes muy bonitas, el mar era un poco violento y por primera vez en la vida vi olas que no solo iban a la orilla, sino que tambien venian desde ella.

Pero, bien dice la cancion, todo concluye al fin. Estamos nuevamente en Auckland, hoy hemos vuelto a buscar laburo. Todavia no tenemos nada en concreto, tampoco en abstracto... pero suponemos que el destino, que bastante hijo de puta viene siendo con los planes, nos dara alguna sorpresita y cuando menos lo estemos esperando va a caer un laburo para rompernos soberanamente las pelotas, pero que tanta falta hace para seguir con esta travesia que emprendimos en Nueva Zelanda y que vaya a saber donde nos llevará.

Saludos para todos!!!